Ntro. Padre Jesús Cautivo
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Es una talla que medía 1,65 y que tras varias restauraciones, la última la llevó a cabo D. Juan Manuel Miñarro, pasó a medir 1,81 cm. Es una imagen para vestir de madera de ciprés de una recia y majestuosa belleza varonil.
Camina solemnemente erguido, en actitud mayestática a pesar del humillante momento de la Pasión que representa.
El realismo y los moldes barrocos de su porte son patentes. A resaltar el mirar contraído de sus ojos, impregnados de solemnidad y misterio, así como la expresividad de sus manos atadas.
El Señor es una imagen muy venerada por el pueblo sanluqueño. Cada Jueves Santo, son miles las personas que forman una penitencia tras su caminar lento y señorial por las calles de Sanlúcar de Barrameda.
En relación al Señor, muchos hermanos de la hermandad aún cuentan una preocupante anécdota que sucedió en una de las estaciones de penitencia. Corría el año 1973. Ya en las proximidades del Ayuntamiento, Adrián Estrada comenta al Fiscal de paso Cristo, Jesús Jiménez, que el Cristo se movía preocupantemente cada vez que el Paso subía o bajaba. Observada la veracidad de lo que se temía, se le dijo a los costaleros que rectificasen el tornillo que sujeta al Cristo y a su peana al paso. Pero la imagen seguía moviéndose. Los hermanos se preocuparon profundamente pues quedaban aún las cuestas del Carril de San Diego y la de Cuesta de Belén. Efectuada la recogida de Jesús Cautivo, los hermanos quedaron profundamente sorprendidos al comprobar que la imagen iba totalmente despegada a la peana y la sostenía solamente una cuña en la planta de los pies de medio centímetro de larga, cosa que parecía verdaderamente imposible.
Ante esta situación, se pone en conocimiento del Sr. Eslava, quien se presenta de inmediato en la capilla de los Desamparados. Analizado por el Sr. Eslava, éste no acababa de creerse que la estación de penitencia hubiese finalizado felizmente. Se decide que se envíe al Cristo, para su reparación a su taller de San Juan de Aznalfarache.
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